Por: Fabiana Carolina - Comunicadora de la Universidad Nacional de Piura.
Piura es una ciudad maravillosa por dónde
la veas. Mucho más allá de contar con una variedad gastronómica, playas hermosas
y paisajes naturales que llenan de color cada rincón de ella, Piura tiene una
vasta historia llena de tradiciones y costumbres que a pesar del tiempo aún
siguen persistiendo y la convierten en una ciudad con una enorme identidad cultural
y popular, llena de matices y de encantos que siempre impresiona y enamora y
deja con la boca abierta a más de uno.
Una de esas tantas costumbres son “Los
angelitos”. Los angelitos son dulces de colores atractivos que cada 01 de noviembre
en el “Día de todos los Santos” son entregados por familias piuranas a pequeños
niños y adolescentes. Usualmente estos dulces se entregan en bolsitas en forma
artesanal y consisten en suspiros, chumbeques, bombitas, pequeños pastelitos, dulce
de camote, los cuales están hechos a base de harina, manteca, agua y chancaca.
Según cuentan diversos octogenarios se
acostumbra dar estos dulces para recordar a seres queridos fallecidos, especialmente
niños, los cuales disfrutan de dichos dulces a través de los menores escogidos
para comer en su nombre. Es por ello, que no es necesario conocer a los niños
para obsequiarles dichos “angelitos”, estos pueden ser cualquiera de nuestros familiares
que tengan la misma edad del fallecido o incluso alguien que se encuentre cerca
o vaya pasando por la tumba de nuestro ser querido.
Algo curioso de esta costumbre es que al momento
de ofrecer dichos dulces, los familiares suelen persignar y orar junto con el menor que
recibirá los angelitos, o muchas veces suelen decir algunas frases y cantar la
canción preferida del difunto, cómo mi bisabuela que antes que le diéramos el
primer bocado al primer dulce, solía decir las frases “Come en el nombre de mi angelito”
o “Come por mi hijito, que en paz descanse”, luego de ello nos hacía cantar y bailar,
para así recordar con alegría y felicidad a ese ser que tanto amaba.
De esta manera, esta costumbre tiene un
significado muy importante para aquellas personas que reparten los angelitos,
pues a pesar del dolor que sienten tras perder a un hijo, hermano o sobrino, en
lugar de llorar, estos recuerdan a sus pequeños niños con felicidad, pues saben
que están disfrutando de los dulces que tanto les encantan, por eso buscan en
medio de la gente a un niño que tenga casi la edad del pariente que perdió como
una forma de poder ver que su pequeño
ángel ha regresado brevemente a disfrutar de ese día.
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