Por: Fabiana Carolina - Comunicadora de la Universidad Nacional de Piura.
Hoy en día las historias de crímenes son más populares
que nunca. Las diversas plataformas televisivas y digitales están llenas de
historias de asesinatos, misterios policiales etc. Y es que el subgénero del
“True Crime” ha cobrado vida en estos últimos años, series como Caníbal,
indignación total; ¿Dónde está Martha?, Ted Bundy y el asesino de Green River o
Unvelievable, son cintas que enganchan y que nunca fallan cada vez que se
estrenan.
Esta
técnica de reconstruir sucesos, crímenes reales, podemos decir, que se
produjeron por dos objetivos principales. En primer lugar, se produjo para que
el espectador desde su hogar tome la función de testigo, juez y en ocasiones
hasta de verdugo. En segundo lugar, y creo que el más importante, es
que a través de este tipo de contenido la personas reflexionen y tomen
conciencia de la violencia que día a día acontece en sus ciudades y países.
Lo
cierto es que los creadores del “true crime”, muy aparte de los objetivos y
beneficios que trae consigo, no previeron que esta podría resultar ser un mal
para la sociedad. Y digo un mal, porque muchas personas llegan a tomar como
héroe o ídolo a los diferentes asesinos que se presentan en series de esta
índole. O algo mucho peor, asesinos en potencia llegan a gustarles e imitan el
modus operando de sus “ídolos” y lo aplican posteriormente en sus respectivas
sociedades.
Un
claro ejemplo de ello fue el caso de Jessica Lynn López, quien el 13 de abril
del 2012, secuestró a su amiga Brittany, la llevó con engaños a un calabozo
donde la torturó, mutiló, estranguló, electrocutó y golpeó hasta la muerte.
Esta asesina confesó que mientras estrangulaba a su víctima, se imaginaba en
una escena de su serie favorita “Dexter”, en donde el protagonista de dicha
serie hacía lo mismo que ella le hizo a su amiga, es por ello, que mientras
torturaba a su amiga, escuchaba en su oído pequeñas felicitaciones por parte de
su ídolo.
Esto
solo refleja que esta técnica del true crime en lugar de generar un cambio en
la sociedad, solo está haciendo que la violencia aumente. Talvez, si los hechos
de estos crímenes se narraran desde otra perspectiva, es decir, en lugar de
mostrar el dolor de las víctimas, el modus operando de los asesinos, se mostrará
las opiniones de psicólogos y se expusiera el sistema policial y su técnica
para abordar este tipo de investigaciones, generaría más impacto y tal vez un
cambio drástico necesario en esta sociedad violenta en la que vivimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario